¿QUIÉN SOY?
Mi Esencia
Siempre soñadora, pero con los pies en la tierra, sensible y creativa, empática y paciente. Agradecida y detallista por naturaleza, buscando y creando conexión con las personas, viendo la vida de una manera optimista y disfrutando siempre de las pequeñas y grandes experiencias que nos da la vida. Cuidadora y buscadora del bienestar interior y el de las personas que me rodean. Fugitiva de los malos rollos y las críticas destructivas, y pasajera del viaje hacia ser una mejor persona cada día.
El entorno laboral
Entre mi trabajo a jornada completa en una multinacional y calendarios ajustados, la fotografía se ha convertido en ese rincón de paz que me habla bajito y me recuerda quién soy.
Es un proyecto propio, sembrado con amor desde hace dos años, que voy regando día a día con horas robadas al reloj y mucha ilusión.
Estudié Publicidad y Relaciones Públicas, y a los 21 años viví en Irlanda como au pair. Allí, entre sonrisas infantiles, algún que otro grito y tardes de lluvia, empecé a capturar momentos de los pequeños que cuidaba y de mi entorno, sin saber que, años más tarde, sería la semilla de este camino.
La fotografía me permite escuchar la vida a través de la conexión familiar, el amor, la luz y las miradas. Y aunque no es mi día entero, es la parte del día que me hace sentir más viva.
El entorno personal
Nacida en Barcelona, pero la mirada siempre atenta a nuevos horizontes.
Hace más de una década que comparto vida con mi compañero, con quien he crecido, reído y aprendido a caminar a paso lento y seguro.
Soy amante de los deportes y de probar cosas nuevas, normalmente con habilidad, dedicación y resiliencia.
Viajera de corazón, exploradora incansable... con miedo a los aviones, sí, pero decidida a no dejar que la inseguridad me frene. Cada vuelo es una pequeña gran superación.
Amo los animales desde muy pequeña, y hoy me hace compañía Ringo, una chinchilla encantadora con espíritu tranquilo hasta que llegue el día en que pueda compartir la vida con un deseado perro.
Disfruto de la naturaleza —más de montaña que de playa— y encuentro paz entre árboles, cimas y caminos silenciosos.
Fanática culinaria: ¡Cuanto más extraño el plato, mejor! Pero mi auténtica adicción, la que nunca falla y siempre me hace feliz, son las palomitas bien saladas.
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